El canto de la Palabra. Una iniciación al estudio de la prosodia: La Prosodia musicalidad de los sonidos del habla.

República bolivariana de Venezuela
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Rafael Alberto Escobar Lara
Catedra: Fonética General

Reseña académica

El Canto de la Palabra: Una iniciación al estudio de la prosodia.
Mora y Asuaje (2009) El Canto de la Palabra. Una iniciación al estudio de la prosodia. Editorial Universidad de Los Andes. Capítulo 1: La Prosodia musicalidad de los sonidos del habla. Páginas 17- 35

Reseñado por: Jonathan Castellanos
kwisetyalecisa@gmail.com

Cuando se habla de estudios lingüísticos la mayoría se abocan a estudiar y analizar con preferencia ciertos componentes de la lengua como: el morfológico, el pragmático y el sintáctico, dejando de lado lo relacionado a la fonética y sus diversas unidades de estudio, entre las cuales entra, por supuesto, la prosodia. Sobre este campo de estudio en particular, Enrique Obediente quien es uno de los referentes más importantes del campo fonético venezolano afirma que Mora y Asuaje vienen a llenar el vacío conceptual que ha caracterizado esta área de estudio en Venezuela.
La doctora Mora es licenciada en letras en la Universidad de Los Andes, magister en lingüística en la misma alma mater. Asuaje, por su parte, es una lingüista formada en fonética y lenguas clásicas, formación que les brinda el bagaje teórico y metodológico necesario para concebir obras como esta que son referencia obligatoria para fonetistas, profesores y estudiantes de lingüística.
Para efectos de esta reseña, se describirá solamente lo presentado en el capítulo 1 llamado “La prosodia: musicalidad de los sonidos del habla. En este capítulo, se da un abordaje general de lo que es la prosodia, e inicialmente las autoras muestran las raíces etimológicas del término. En ese sentido, se aclara que prosodia proviene del griego “prosoidia” que combina (pros) preposición que indica “en dirección hacia” y “oide” que significa canto. De esa manera se construye el significado “hacia el canto. Para desarrollar este tema, las autoras organizan el contenido en cinco secciones: a) La prosodia en el día a día, b) el rol de la prosodia en el discurso, c) El estatus lingüístico de la prosodia d) Dominios de estudio de la prosodia e) Maneras de abordar el estudio de la prosodia y f) Prosodia y segmentación perceptiva.

En la primera sección “La prosodia en el día a día” las autoras dejan claro que cada lengua va más allá de concatenar o encadenar elementos de tipo: Morfológico y sintáctico; además de esto, el estudio de la lengua también implica reconocer esa musicalidad que le damos a los sonidos del habla y que varía en función de los dialectos o idiomas a los que se haga referencia. Del estudio de esa musicalidad se encarga la prosodia, la cual nos brinda entre otras cosas la capacidad para identificar el género de la persona que nos habla, la clase social a la que pertenece y la intencionalidad con la cual emite un mensaje.

Por ende, la ubicación de ese acento puede determinar que un mismo enunciado tenga varios posibles significados, con miras a dejar bien esclarecido el punto en cuestión, Mora y Asuaje colocan de forma sencilla pero magistral ejemplos que ilustran muy bien la teoría planteada.
Estas reconocidas profesionales de la lingüística exponen de forma coherente cómo los signos de puntuación- que participan en el código escrito y que pueden incidir en los significados de un mismo enunciado -equivalen en el campo de la prosodia a: la presencia de pausas, los alargamientos y acortamientos silábicos y los cambios de velocidad y entonación que indican si se está en presencia de una interrogación o en su defecto de una exclamación. Estas relaciones entre el código escrito y la oralidad en función de la prosodia quedan claramente establecidas en este subtitulo.

Además, las lingüistas venezolanas, enfatizan apropiadamente el carácter singular de la prosodia al exponer que si comparamos dos lenguas distintas como el español y el francés en función de sus componentes morfológicos y sintácticos muy posiblemente se hallaran analogías o similitudes entre ambos idiomas. Sin embargo, al analizar las particularidades de entonación de cada lengua es casi seguro que saltaran a la vista un mayor número de diferencias que de similitudes. Este hecho incluso se da entre distintos dialectos de un mismo idioma, lo cual es fácilmente verificable en Venezuela si comparamos a un andino con un marabino, o a un andino con un oriental.

Mas adelante, Mora y Asuaje brindan algunas definiciones de la prosodia en aras llegar a una definición completa. Al final, después de citar varios autores concluyen definiendo la prosodia como “la música de la expresión oral que contribuye a la organización de palabras que conforman enunciados, determina el sentido de las palabras enmarcadas en diferentes contextos lingüísticos y situacionales. Por ende es fundamental en el otorgamiento de la coherencia discursiva y en la intencionalidad del hablante”
Las investigadoras prosiguen el desarrollo del capítulo explicando el estatus lingüístico de la prosodia que viene a ser el tercer subtitulo, estableciendo para ello una comparación con el modelo del lingüista danés Louis Hjelmslev precursor de la glosemática, puntualizando pertinentemente los aspectos del modelo que se relacionan con el estudio de la prosodia. En ese sentido, plantean el estudio del plano de la expresión, pues en él se encuentran los sonidos, segmentos o fonos los cuales son revalorados en función de elementos que se superponen a ellos como el: tono, la intensidad, la cantidad o duración y el timbre, que son los llamados elementos prosódicos o suprasegmentales.

En la tercera sección, la prosodia y su rol en la organización del discurso, las autoras explican con fluidez y claridad en un subtítulo particular como la prosodia en el discurso oral provee al destinatario del mensaje de esas pistas contextualizadoras que le permiten comprender a cabalidad el significado o carga semántica del enunciado que recibe.

Asimismo, las lingüistas ayudan a comprender como el discurso, entendido  como una práctica social en la que los individuos se comunican a través del uso lingüístico contextualizado, ya sea oral o escrito” necesita de la prosodia para trasmitir plenamente la carga semántica del mensaje, con lo cual se facilita su decodificación influyendo con ello positivamente en una mejor comunicación.

Más adelante, las fonetistas explican con mucha precisión el cuarto subtitulo que se llama “Dominios de estudio de la prosodia”, para lo cual plantean básicamente dos dominios, el relacionado a la prosodia léxica y el vinculado a la prosodia no léxica, señalando con suma sencillez y con ejemplos incluidos las diferencias entre ambos dominios. En este sentido, se refieren a la prosodia léxica “cuando en una lengua dadas las funciones de los prosodemas se cumplen a nivel de la palabra o morfema, o mejor aún, cuando en esa lengua, los prosodemas contribuyen a la estructuración y a la identificación de los morfemas y las palabras”  (p28). Para ilustrar lo antes mencionado, colocan el ejemplo: numero, numeró y número  que tienen diferentes significados gracias a la ubicación del acento.
Mientras que se hace alusión a la prosodia no léxica “cuando la función de los prosodemas se cumple en unidades superiores a la palabra” (p28) por ejemplo: ¿el día esta lluvioso? ¡El día esta lluvioso! El día esta lluvioso percibiéndose tres cadenas de sonidos idénticas pero con diferente entonación.

También se tratan las “Maneras de abordar el estudio de la prosodia” que representa el quinto subtitulo de este capítulo, en este apartado las investigadoras exponen como la prosodia depende de los parámetros físicos asociados con la trayectoria de la frecuencia fundamental, de la duración y de la intensidad. Dichos parámetros acústicos de pueden abordar desde  la percepción y la producción del habla. Dependiendo de la perspectiva del estudio se pueden analizar o interpretar la masa y tensión de las cuerdas vocales o la altura o tono del sonido.

Finalmente, Mora y Asuaje  hacen un mayor hincapié en el aspecto perceptivo en el último subtitulo llamado “Prosodia y segmentación perceptiva” en el cual las maestras definen el término “prominencia” como “el rasgo sobresaliente en una secuencia de sonidos, entonces es algo prominente aquello que llama nuestra atención por encima de esos sonidos y cadenas de sonidos en la línea del habla” (p.34). De esta manera, las autoras finalizan la introducción que supone el capítulo 1 de la obra, para luego en los siguientes tres cada uno de los elementos prosódicos que caracterizan nuestra lengua.

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